lunes, 12 de marzo de 2018

Crónica de Jornada Electoral: La Divina Comedia, Jurados, Votaciones (A.S.B)




Me levanté temprano, a las 5 a.m. del 11 de Marzo, para organizar algunas cosas pendientes, leer el Canto III del Paraíso de la Divina Comedia, para el reto que llevó asumiendo desde el 1 de enero, de leer un canto por día de la Commedia, bajo el hashtag #Dante2018; y además, para volver a repasar la cartilla que nos dieron en la capacitación de los jurados de votación. Entre tanta cosa, me cogió un poco el tiempo, y me alisté, llené mi lonchera, y salí de mi casa a las 6:50 a.m. Como me tocaba en un sitio cercano a mi casa, pensé en irme caminando, pero como ya iba cogido de tiempo, cogí un taxi. Me quería cobrar $7.000 como carrera mínima (la distancia es muy corta), y así empezó el primer jaleo del día. Logramos acordar $6.500, aunque él no quedó muy contento, pero mientras íbamos en el corto recorrido empezamos a hablar, le dije que iba a tal sitio porque era jurado de votación, y él me respondió: “Uff, esa es la misma corrupción de siempre. Mira, yo ya estoy contratado para el día de hoy, pero aún no ha empezado la jornada”. Y con esa, ya iba la segunda decepción del día, y sólo eran las 6:58 a.m. 

 Llegué finalmente al sitio de votación y había dos colas como de 30 personas por lado y lado, esperando en la entrada. Eran las 7:01 a.m. Cuando me acerqué a una de las colas a preguntar, me dijeron que la otra era la de los jurados, que esa era de votantes que madrugaron. Caminando hacia la otra cola, me dijeron que las dos eran de lo mismo, de jurados, y que había votantes en ambas. Así que me devolví a la fui inicialmente a esperar. Según, las votaciones se abrían a las 8:00 a.m. y los jurados teníamos que estar desde las 7:00 a.m. para organizar las mesas. Eran las 7:30 a.m. y aún estábamos afuera en las filas.

A las 7:45 a.m. por la protesta de varios jurados en la entrada, empezaron a agilizar y a dejar entrar a los jurados. Finalmente logro entrar, y me dirijo hacia los puestos de biometría, donde nos indican el número de mesa en la que estaré. En el papel de citación me decía mesa 14, en la biometría me salió Mesa 1. Camino y llegó a mi mesa, ya se encontraba la caja sellada y uno de los jurados. Me encontraba en un espacio, en donde estaban las mesas de la 1 a la 10. Las otras mesas estaban con casi todo sus miembros, y habían empezado a abrir las cajas. Yo le dije a mi compañero, “Vamos a abrirlas”. Mi compañero jurado número 1, y lamento mucho la forma como lo describiré, es la típica imagen y estereotipo lamentable del costeño flojo, fresco, mamador de gallo. Él me respondió, “Estaba esperando que viniera alguien más a abrirla”. Primer choque, y eran las 7:55 a.m. En ese momento pensé en un instante y me imaginé que tenía que hacer gala de mi legendaria paciencia a lo largo del día, y me puse a abrir la caja por mí mismo. Mi compañero jurado número 1, al ver mi actitud se levantó y empezó a ayudarme. Llegó mi compañero jurado número 2, un señor entre los 50 y 60 años, que también se instaló en la silla a mi lado, a participar de espectador. No tardó en llegar mi compañero jurado número 3, un joven pelirrojo, que amablemente saludó, y también se posicionó en su silla a participar de espectador. Yo pensé, “¿Por qué a mí precisamente me tocó en esta mesa?”. Afortunadamente, como caída del cielo, llegó mi compañera jurado número 4, quien era la presidenta de la mesa, y nos dijo que llevaba más de 30 años siendo jurado de votación. “Un alivio”, pensé. Gracias a ella, pude organizar la mesa y me ayudó a controlar a mis otros compañeros. Nos pusimos ella y yo, al centro de la mesa, organizamos todo, y claramente asumimos las tareas con mayor trabajo y distribuimos las otras entre los otros 3 compañeros. El compañero número 6, el vicepresidente, nunca llegó. Por lo que después nos llegaría una compañera Remanente, ese cargo que como puede trabajar puede que no el día de las elecciones. Depende si llegan todos los jurados completos. La compañera remanente, claramente llegó molesta de haber tenido que asistir finalmente. Eran las 8:05 a.m., corriendo logramos organizarnos y distribuir funciones, y empezaron a llegar los votantes.      

La Mesa 1, nos fuimos dando cuenta por los números de las cédulas inscritas, correspondían en su gran mayoría a personas mayores, y específicamente a hombres mayores, con alguno que otro filtrados adultos más jóvenes. Como todas las mesas, tenía capacidad de voto para trescientas y algo más de votaciones totales. 

Pronto nos dimos cuenta que todos los señores mayores llegaban a nuestra mesa, por lo que sabíamos también, que íbamos a ser de las mesas con más trabajo. Porque increíblemente las personas mayores si salen a votar. Y los mayores de 80 años, o con algún problema físico, asistían con su acompañante. El resultado, fue que de trescientas y algo votaciones posibles, en nuestra Mesa 1, se registraron 250 votos, todo un éxito electoral, en comparación con las otras mesas, que tenían mucho menos ajetreo que nosotros. 

En cuanto a mis compañeros jurados, curiosamente nos ubicamos en la mesa sin saber, de acuerdo a nuestra corriente ideológica y política. Yo me encontraba en el centro, junto a mi compañera jurado 4, a la derecha. A la derecha de ella, se encontraban mi compañero jurado número 1, y la remanente. Mi compañera jurado número 4, la que me ayudó a organizar la mesa, era abiertamente del Centro democrático, pero muy respetuosa y organizada. Los otros dos compañeros a su derecha, al parecer eran de derecha también, pero de esos simpatizantes de derecha que siguen las orientaciones de su líder a ojos cerrados, sin escarbar mucho, y claramente preferían estar en otro sitio, menos en ese lugar cumpliendo la labor de jurado. A mi izquierda, se encontraban los compañeros jurado número 2 y 3, que también descubrí que eran abiertamente de izquierda y simpatizantes de Gustavo Petro. Pero hago las descripciones para poner el ejemplo de los perfiles de los simpatizantes, ya sean de izquierda, centro o de derecha. Los compañeros de la izquierda, también preferían estar en otro sitio, con excepción del número 3, el pelirrojo, que a pesar de la actitud, en ocasiones colaboraba de forma muy organizada, y tomaba el liderazgo en algunos momentos. Con esa mezcla, fueron interesantes las conversaciones que teníamos en medio de la votación. Pero siempre tratando frente a los votantes de ser neutros, sin promover alguna preferencia particular. 






En nuestra mesa, teníamos dos paquetes con la consulta interpartidista de Inclusión social para la paz, y la gran consulta por Colombia. Al inicio, como nos dijeron que no podíamos entregar esas consultas si no nos la pedían, decidimos ponerlas en la mesa disponibles boca abajo. Pero una de las encargadas de la registraduría, que hizo un buen trabajo en toda la jornada, se acercó y le dio la vuelta a las consultas para que las caras de los candidatos quedaran visibles. Y aunque no podíamos entregar la consulta por nuestra cuenta, si les hacíamos saber que tenían la posibilidad. Ya que varios llegaron preguntando por la consulta para bajarle el sueldo a los congresistas, creo que esa hubiese sido un éxito.  

Lo particular de las consultas interpartidistas en nuestra mesa, fue que claramente la consulta de inclusión social para la paz, con Gustavo Petro y Carlos Caicedo, tuvo una mayor votación, y las papeletas se acabaron muy rápido, por lo que inmediatamente uno de los compañeros fue a poner la queja, y nos trajeron más papeletas para la consulta. En ese aspecto, al menos en mi mesa, fue muy limpia la votación de esa consulta. Y me parece indignante y vergonzoso la noticia que se presentó en otros lugares del país, donde como se acabó el papel, o no se imprimió lo suficiente, tuvieron que recurrir a fotocopias. ¡Qué horror! Y ¡Qué escandalo! 

En medio de la jornada, algunos compañeros pidieron su permiso para almorzar, y algunos se demoraron más de la cuenta, incluso salieron de las instalaciones del lugar de votación hacia sus casas, almorzaron y hasta alcanzaron a dormir. Yo no sé si seré raro, pero para mí lo que estábamos haciendo era muy importante, por lo que lo asumí con mucha responsabilidad y organización. Como llevé mi lonchera, nunca me levanté de la mesa. Mi compañera de derecha, tampoco se levantó, y en un momento sólo éramos los dos junto con otro compañero jurado que teníamos que retener a la fuerza para que no nos dejaran la carga de trabajo sólo a dos personas. Sobre todo en una mesa donde una gran parte de las personas votaron, por ser las mayores de edad. Teníamos muy pocos espacios libres. 

En medio de las votaciones nos llegaban distintas noticias, por los miembros que pudieron salir, que las FARC estaban desapareciendo las papeletas de la consulta de Duque, Ramírez y Ordoñez; y por otra parte, que habían desaparecido las papeletas de la consulta de Petro. En fin, momentos de drama. Y al final de la jornada, cuando llegaban las 4 p.m., se notaba la desesperación de los miembros de los jurados en las otras mesas, y en la de nosotros también. Cuando se dio la señal de destruir el material sobrante, todos acudieron a su animalidad y desesperación para romper todos los papeles que no se usaron. 

El sistema de conteo, es capítulo aparte. Nosotros a pesar de todo, nos organizamos bien, pero la mayoría de miembros lo hacía rápido y con desesperación para salir pronto. El conteo de las consultas interpartidistas era más sencilla, pero el conteo de senado y cámara, con tantos partidos, fue un poco más ajetreada. Aún así, fue decepcionante ver como los partidos tradicionales seguían sumando votos. Demoramos más de dos horas en los conteos, yo manejaba el conteo de cámara y senado, y al final lo dividimos para pasar y sumar el conteo en los respectivos formatos. Yo me quedé con la de senado, y la compañera remanente se quedó con la de cámara. En ese momento, sólo éramos dos llenando los formatos, y los otros mirándonos, y al tiempo desesperando. En esta parte tuve una pequeña discusión con todos ellos, porque querían que pusiera en la cantidad de votos por senado, los mismos de total de votaciones en la mesa, como lo había hecho mi compañera con el conteo de los de cámara. Y me negué rotundamente. Eran las 7:30 p.m. y terminamos de llenar formatos, y llevamos la bolsa final para revisión de la registraduría.   

Pero en fin, todo esto me lleva a dos puntos que quería analizar. El sistema de votación y los jurados. Están muy relacionados. 

La jornada electoral es un martirio para la mayoría de las personas elegidas como jurados, y los jóvenes que eligen por primera vez, lo ven de igual forma. Quieren salir rápido de eso, no son organizados, hay apatía, y en el conteo, muchos seguramente pondrán datos a la loca. Y creo que la registraduría tampoco le quedan muchas ganas de protestar, porque también quieren irse pronto. En total, en los que pude ver, no devolvieron ninguna bolsa, por lo que la revisión final es muy superficial también. 

Los jurados tiene una gran importancia, porque son veedores también, así como pueden garantizar una jornada limpia, también pueden intervenir en el material disponible para votación, como esconder papeletas, manipular datos, en fin, muchas cosas. Por tanto, veo de suma importancia elegir y capacitar muy bien a los jurados. 

Pero aparte de eso, y viendo los errores de la registraduría en el país. También veo que es muy necesario digitalizar y sistematizar el sistema de votación. Y que los jurados y veedores, ya tengan o requieran otro tipo de conocimientos para este control digital.

Al final, entendí. Que mientras los noticieros sacan boletines cada minuto en sus pantallas, hay un gran número de personas, que han madrugado, cansados, con hambre, con rabia, desesperación y completamente agotados de trabajar todo el día, organizando esa información que sale de cada zona, y que representa una pequeña parte de esos porcentajes generales que al final deciden nuestros destinos y nuestra representación.

Eran las 8:05 p.m., voy camino a casa, caminando porque no tengo prisa ni fuerzas para discutir con un taxista, que ya a esta hora ha hecho su jornada electoral. Mientras camino, pienso y revivo un pasaje que había leído esa mañana temprano, en el Canto III del Paraíso, de la Divina Comedia:

“No te asombres porque me sonría de su pueril pensamiento –me dijo-: pues no se apoya todavía tu pie sobre la verdad y, como de costumbre, te inclina a las ilusiones. Esas que ves son verdaderas sustancias, relegadas aquí por haber faltado a sus votos…”


Psdta: Nos dijeron que posiblemente llamen al mismo grupo de jurado para las próximas elecciones, que sólo en Cartagena, celebrará las siguientes: Elecciones atípicas de alcalde, Primera Vuelta Presidencial, Segunda Vuelta Presidencial… sólo en este año… ya veremos… sólo sé, que si me vuelven a llamar, lo cumpliré con la misma responsabilidad que lo hice esta vez. Ojalá todos hiciésemos lo mismo.  



(A.S.B)




No hay comentarios :

Publicar un comentario