martes, 22 de agosto de 2017

Americanah (Adichie Chimamanda Ngozi)

Adichie Chimamanda Ngozi



La literatura africana es muy amplia y ancestral, por algo es la cuna de la civilización. Pero no tuvo el desarrollo que otros países. Desde los símbolos y los jeroglíficos, parte de la tradición de los indígenas ancestrales, que también durante mucho tiempo tuvieron una tradición oral, basada en cuentos, mitos, canciones e historias que no quedaban plasmadas en papel. Ese fue un detalle que me recordó a una parte de la tradición que heredamos de los africanos. La literatura africana posterior a esos años, se divide en literatura pre-colonial, colonial y post colonial. Como ya sabemos, África sufrió mucho el periodo colonial, donde se llevó a cabo el comercio de esclavos, y toda una larga época de dolor, que diezmó el desarrollo y crecimiento cultural del país. 

Luego de la segunda guerra mundial, donde se empezaron a crear los primeros movimientos independentistas, empezaron a nacer autores, que precisamente narraban temas sociales, de protesta y con un gran realismo. Uno de ellos, el poeta Léopold Sédor, que además tenía la particularidad de ser un poeta africano, que escribía en francés. Y precisamente, ese ha sido uno de los grandes problemas culturales de África, que casi todos o la mayoría de sus grandes autores escriben en una lengua no materna, sino extrajera, normalmente por haber sido educados fuera de su continente, en el país colonizador, como en este caso, Reino Unido. 

Es el mismo caso del primer premio Nobel de Literatura africano y nigeriano, Wole Soyinka, quien lo ganó en el año de 1986, el cual hizo una obra completamente en el idioma inglés, en donde trataba temas de la colonización africana, temas de la tradición africana escritos con estilo europeo, y adaptando los mitos y leyendas de su país en un estilo y forma occidental. Escribió novelas, poesía, ensayo, teatro y hasta cine. Haciendo parte de esta época de Literatura Post Colononial, donde se trataban igualmente temas que contrastaban el pasado y presente de África, la tradición con la modernidad, el individuo con la comunidad, desarrollo con la independencia, y se empezó hablar de los derechos de la mujer. 

Entre los grandes escritores africanos reconocidos, notaremos que la gran mayoría, o casi todos son modernos, representantes de la Literatura africana post colonial. En el Club de Letura, en la primera sesión, mencioné a Albert Camus, a pesar de haber nacido en Argelia, era mucho más francés. También está el escritor más reconocido de África actualmente: Chinua Achebe, también de Nigeria (este componente de que la mayoría son Nigerianos, hablaré más adelante), de la población Igbo (que también se menciona en la novela de Adichie), y su novela más famosa es "Todo se desmorona", un clásico de la literatura africana, que preciso se menciona en “Americanah”. Además de ellos, otros escritores africanos famosos son: J.M Coetzee, con la particularidad que es de Sudáfrica (la “parte blanca” del continente), y quien además es descendiente de una familia de colonizadores daneses. El gran Naguib Mahfuz, Premio Nobel de Literatura también, que describió de forma perfecta El Cairo y su gente, quien además es muy importante para la literatura árabe; además de Nadine Gordimer, mujer sudafricana. Sin olvidar a Ngugi Wa Thiango, uno de los escritores que suenan para un próximo premio nobel, y que en los últimos años se ha mantenido en la lista de favoritos junto al japonés Haurki Murakami. 

Con respecto a Nigeria, me parecieron muy interesantes varios datos que encontré y compartí en la primera sesión del Club de Lectura. Motivado por la pregunta de por qué casi todos los escritores y artistas sobresalientes nacieron en Nigeria. 

En Nigeria se hablan 500 lenguas, en donde la lengua oficial es el inglés. Las otras lenguas maternas, como el yoruba, hausa e ibo, son consideradas lenguas regionales, y la mayoría de personas la hablan junto con el inglés. Este dato es importante para conocer el impacto de la África Post Colonial, y la misma novela "Americanah" de Adichie, que en cierta forma es muy autobiográfica.

Nigeria es el 7mo país más poblado del mundo, y el más poblado de África, con 181.562.052 millones de habitantes. Tiene una gran historia geográfica que se remonta a más de 9.000 años a.c, donde pasó por imperios, hasta que entre el Siglo (XVII) 17 y (XIX) 19, los europeos utilizaron puertos costeros para el tráfico de esclavos. En 1886 empezó a ser parte del protectorado británico, y oficialmente colonia británica en 1914. Tras la segunda guerra mundial, como sucedió en otros países africanos, se generaron un gran número de rebeliones y golpes de estado, que llevaron a la independencia en el año de 1960. El grupo que llevó la bandera de estos golpes, fueron los Igbos, el grupo étnico dominante en Nigeria. Nigeria en los últimos años es de los países con mayor crecimiento económico. Encontró en el petroleo una gran mina, pero como suele suceder, el oro negro es manejado por compañías extranjeras como la ExxonMobile, Texaco, etc. Por lo que a pesar de su crecimiento, sigue habiendo mucha miseria. 

Dentro de esas épocas de guerra, rebelión y dictaduras, muchos jóvenes africanos y nigerianos y nigerianas emigraron al exterior para estudiar por fuera, y vivir, buscando una mejor vida y fortuna. Gran parte de esos jóvenes, fueron los escritores que mencioné anteriormente, y también el ejemplo de la autora que hablaremos en este post: Adichie Chimamanda Ngozi.

Adichie, es una escritora nigeriana de la aldea de Abba. Quinta hija de un matrimonio de etnia Igbo. Sus padres fueron profesores universitarios en la Universidad de Nigeria, y con 19 años emigró a los Estados Unidos becada por dos años para realizar sus estudios en Comunicación y ciencias políticas. Ella siguió estudiando en USA luego de terminar su carrera, y en el 2003 publica su primera novela: "La flor púrpura". 

"Americanah" fue publicada en el año 2013, con gran éxito y reconocimiento, y en ella, Adichie nos cuenta la historia de Ifemelu, una joven nigeriana que emigró a los Estados Unidos a estudiar. Tras llevar más de 10 años viviendo por fuera, se muestran la dificultades de ella para adaptarse a una nueva cultura, las relaciones con las demás personas, y temas como el racismo y la identidad son explorados con un lenguaje muy sencillo, ágil y fácil de leer. El lenguaje y la prosa es muy sencilla, pero lo digo no como algo negativo o que disminuya sus méritos literarios, sino que logra dotar la narración de sencillez, a la vez de acompañarla con ritmo, poesía, y unas descripciones tan fascinantes, que van desde las emociones de los personajes, especialmente del personaje femenino, hasta de los olores, sabores y sensaciones del entorno. 

Lo que más sorprendió, y a mí personalmente, es su perspectiva, su visión, que ya en sí la hace única e inédita. Cuando nunca antes has leído una historia que refleje el universo interior y los problemas de una mujer negra, con los propios problemas que trae, o cuidados particulares que trae por sus características físicas, por ejemplo, el cuidado de su pelo afro, entre otros temas, es muy interesantes verlos plasmados y leerlos. Y hablo desde un punto personal en esta parte, porque yo soy una mezcla muy interesante de negro, blanco, indígena e incluso con rasgos asiáticos, y quien sabe de qué más. Y de la raza negra tengo uno de sus rasgos más característicos, como es el pelo afro. Que durante mucho tiempo, y aún sigue manteniendo el estigma de “Pelo Malo”. Como muchos hombres que nacen con este tipo de pelo, se acostumbra a mantenerlo muy corto y no dejarlo crecer. Yo lo dejaba crecer en algunos períodos, pero durante mi vida estuve en diversos grupos e instituciones, que me obligaban a mantenerlo corto, y eso sumado claramente, a los comentarios despectivos que las personas hacían sobre este tipo de pelo. Así que en efecto, sí. Durante mucho tiempo en mi infancia estuve acomplejado, y además fue muy curioso, porque nací, y lo he comprobado en las fotos, con un cabello mucho más suave y liso, que me duró hasta determinada edad. Especialmente, y era un poco desconcertante para las personas y niños de mi edad, que alguien claro o blanco como algunos me llamaban, aunque yo nunca me he considerado blanco, tuviese un tipo de pelo como el mío, y aún hoy en día la gente se sigue sorprendiendo. Entre las actividades e instituciones que ayudaron a reforzar el corte de mi pelo, fue cuando practicaba deporte, debía mantener el pelo corto, además desde muy niño usando cascos y gorras. Luego, en el colegio militar, donde allá mismo nos cortaban el cabello, y hacía parte del uniforme, la gorra. Fue así que cuando ya había salido del deporte profesional y del colegio militar, tenía la costumbre de tener el cabello corto y con gorra. Y para los que me conocen, saben que durante muchos años, y casi toda mi vida universitaria fue con ese estilo. Tenía y tengo aún un montón de gorras de todos los colores, y me agradaba mucho ese estilo, lo exploté bastante. Pero siempre tenía presente, ya que no tenía ninguna obligación de seguirlo manteniéndolo corto, de dejarlo crecer por primera vez desde hace mucho tiempo. Siempre me gustaba y me gusta admirar a las personas que tenían el pelo rizado y afro, y soñaba con algún día tenerlo así, jeje. Y sobre todo tenía mucha curiosidad sobre cómo sería el mío, ya que son de distintas características. Y aún la tengo, porque le falta aún por crecer más a mi afro. Al principio fue difícil reconocerme sin gorra, y el proceso de dejarlo crecer, especialmente porque no tenía una guía de cómo cuidarlo. Uno de los grandes problemas de las personas que tenemos este tipo de pelo, es la poca información, incluso de los profesionales de la estética sobre el cuidado de este tipo de pelo. Así que investigué por mis propios medios, consulté con mi hermana y a distintas mujeres, que me dieron muy buenos consejos y apoyo. En fin, todo esto era para compartir un poco, desde mi experiencia, lo mucho que entiendo y comprendo el tratamiento de Adichie sobre este tema, que además me parece fenomenal cómo lo narra. Cuando Ifemelu va a la peluquería en Estados Unidos y siente el complejo por su pelo, por lo que decide alisarlo, tiene unas descripciones tan bien hechas y tan ricas, que simplemente deslumbran. Y en este punto también quería decir, para unir con mi propia historia, si para los hombres es difícil, imaginen para las mujeres, que si deben mantener su cabello desde pequeñas, sin la opción de cortarlo, con una mayor discriminación desde que son niñas. Es un tema muy complejo, y me encanta que Adichie lo haya tratado con tanta maestría y seriedad.       

También me parece todo un descubrimiento valioso, esta literatura tan reciente como es la africana, y especialmente de mujeres africanas, porque he leído detalles que nunca antes había leído, y que pertenecen a la perspectiva de una mujer africana de nacimiento, que vivió en Estados Unidos. Lo nuevo que encuentro en la literatura, es la perspectiva, y una gran exposición del universo interior de una mujer liberada y segura de sí misma, que ha forjado su identidad a través de trabajo, contra un sin fin de obstáculos sociales y prejuicios. Claramente, como buen lector he leído a grandes mujeres escritoras, todas con una particularidad, pero en Adichie he visto algo nuevo, y sobre todo reconocible en mi entorno local, en donde se unen esas raíces que los países latinoamericanos tenemos con África, con Nigeria, con Lagos.

Siguiendo con “Americanah”, además de la historia personal de Ifemelu, donde también recorre distintas temas sociales y políticos, desde sus recuerdos en África, hasta la convivencia de un extranjero en otro país, lo que la motiva a crear un blog, sobre la experiencia de ser negro no americano en Estados Unidos. Hay varios temas que me parecen centrales, como son la identidad y la raza, y a través de estos dos grandes pilares vemos otros como el pelo, el amor, el racismo, la liberación sexual femenina, el machismo, la violencia, el acoso, entre muchos otros. 

Me gusta mucho también que se esté analizando con mayor profundidad este tema, incluso desde Estados Unidos. Adichie en la novela menciona los casos de Oprah u Obama, negros en USA, que por su fama y poder pierden ese aura de represión, y pasan a hacer tratados como otro blanco. Esto me recuerda al caso de O.J. Simpson, que sólo el año pasado en USA salieron 3 producciones cinematográficas, entre series y documentales sobre el tema. Y una serie que he visto hace poco, “This is Us”, donde uno de los protagonistas es un negro adoptado por una familia blanca, pero ese personaje es tan bien tratado, tan bien escrita y concebida su historia, que la recomiendo enormemente. Trata también el tema del cabello, y distintos temas particulares de la crianza de un niño afroamericano hasta su adolescencia y edad adulta.   

Como “Americanah” es un libro muy autobiográfico, pensé en varias ocasiones en por  qué la autora no decidió usar la primera persona como la voz narradora principal. Aunque si la utiliza en muy pocas ocasiones, el narrador mayoritario es una tercera persona, pero que a la vez le da la facilidad de describir más a la perfección todo lo que ocurre en la historia, desde el interior de los personajes, sus gestos, miradas, temblores, hasta el espacio donde interactúan. Por lo que la elección es totalmente acertada. 

En síntesis, la novela es muy ágil, y mantiene al lector prendado de esta bella y original historia. Sus descripciones del espacio, de los objetos, de los colores, de los olores, de los sabores, de los deseos, de los personajes en general y sus gestos, sus miradas, sus pensamientos sin palabra, son simplemente geniales. Y Adichie tiene una sensibilidad particular para poder expresar tantas cosas, y sobre todo hacerlas tan bien. Su personaje, Ifemelu, me encantó porque es el de una mujer muy abierta, segura de sí misma, y que lucha diariamente contra los modelos y prejuicios machistas de la sociedad. Me gusta su misma estructura, porque en efecto abarca tres décadas, iniciando en los 90, donde son unos adolescentes apenas los protagonistas hasta años muy recientes, donde también pasan por tres continentes (África, Europa y Ámerica). Una excelente novela que explora la identidad, las dificultades de la adaptación a la cultura, el racismo, entre otros temas, pero por sobre todo, es una historia de amor. Preciso en uno de los fragmentos de la novela, que creo que corresponde a una de las entradas en el blog de Ifemelu, se pregunta por la solución al racismo, y propone que el amor, pero seguido de un análisis, donde concluye más o menos, que debido a que las relaciones de amor entre personas de distintas raza en USA eran tan problemáticas y difíciles de aceptar, nunca se iba a acabar el racismo. Y el amor, la pasión y el sexo, son otros de los temas fundamentales, especialmente de Ifemelu, que nunca teme a expresar lo que siente y lo que desea, con ninguno de los hombres con que comparte, especialmente con su amor de infancia, Obinze. “Americanah”, como dice al inicio del libro, se refiere al término burlón con que los nigerianos se refieren a sus compatriotas que vuelven de USA dándose nuevos aires… Pero Americanah, también es una historia, un análisis y un estudio sociocultural sobre la identidad y la raza, sobre África, y los miles de nigerianos que emigraron al extranjero, sobre la historia de los países que han sufrido, y siguen sufriendo de alguna manera la represión. Por esto mismo, es que leer el punto de vista de las mujeres de cada región nos dará sin dudas muchos y nuevos elementos muy interesantes para analizar y reflexionar.


9/10



Comparto algunos fragmentos y diálogos, aunque en la novela abundan los excelentes diálogos y descripciones:

"Para Ifemelu, sus palabras fueron como una melodía, y notó que se le agitaba la respiración, que engullía el aire. No lloraría, era absurdo llorar después de tanto tiempo; pero se le empañaron los ojos y sintió un enorme peso en el pecho y un picor en la garganta. El escozor de las lágrimas. No emitió sonido alguno. Él le cogió la mano con la suya, enlazadas ambas sobre la mesa, y entre ellos creció el silencio, un silencio antiguo que los dos conocían. Ella estaba dentro de ese silencio y estaba a salvo".

(Americanah, Adichie Chimamanda Ngozi)


—¿No vamos a besarnos? —preguntó ella. 
Él pareció sorprenderse. 
—¿Y eso a qué viene? 
—Es solo por preguntar. Llevamos aquí sentados mucho rato. 
—No me gustaría que pensaras que eso es lo único que quiero. 
—¿Y qué pasa con lo que quiero yo? 
—¿Tú qué quieres? 
—¿Tú qué crees que quiero? 
—¿Mi chaqueta? 
Ella se rió. 
—Sí, tu famosa chaqueta. 
—Contigo me siento tímido —admitió él. 
—¿En serio? Porque yo también me siento tímida contigo. 
—Me cuesta creer que tú te sientas tímida en ninguna circunstancia.

(Americanah, Adichie Chimamanda Ngozi)



En la siguiente foto sale la bella Adichie Chimamanda Ngozi. Comparto el siguiente enlace, a una charla TED que hizo, donde habla de "El peligro de una sola historia":

https://www.youtube.com/watch?v=F3cIVHUnbXI&t=105s






Adichie Chimamanda Ngozi

2 comentarios :

  1. Alejo, qué buena nota sobre Americanah.
    ¡Tú eres muy especial con tu trabajo para nosotros los del CdeL!!!
    Gracias

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